Arcángel San Miguel

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Presentación

Arcangel San Miguel en Catedral de Santiago de Chile

El Arcángel Miguel (en hebreo: מיכאל Mija-El, "¿Quién como Dios?"; en árabe: ميخائيل Mījā'īl; en griego: Μιχαήλ Mijaíl; en latín: Michael) es el Jefe de los Ejércitos de Dios en las religiones judía, islámica y cristiana (Iglesias Católica, Ortodoxa, Copta y Anglicana). En el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón. También suele ser representado pesando las almas en la balanza, pues según la tradición, él tomaría parte en el Juicio final. San Miguel es uno de los principales ángeles; su nombre era el grito de guerra de los ángeles buenos en la batalla librada en el cielo en contra del enemigo y sus seguidores.

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Protector de la Iglesia Universal

Para los hebreos es el protector de Israel y patrono de la sinagoga. La Iglesia Católica lo considera como patrono y protector de la Iglesia Universal. La Iglesia Copta lo considera el primero de los siete arcángeles, junto con Gabriel, Rafael y Uriel. Supuestamente tocará la trompeta el día del arrebatamiento[1], y es el encargado de frustrar a Lucifer o Satanás, enemigo principal de Miguel por ser el arcángel de los ángeles caídos o del mal[2]. Por eso, en el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón. También suele ser representado pesando las almas en la balanza, pues según la tradición, él tomaría parte en el Juicio final.

Etimología

La palabra Arcángel de un fragmento de la Espístola de Judas (Tadeo) en el Codex Sinaiticus (330-350 d.C.).

Arcángel viene del griego αρχάγγελος (archangelos) "Arcángel", término que aparece sólo dos veces en la Biblia, ambas reflejadas en el Nuevo Testamento escrito en este idioma, el antiguo prefijo griego αρχ- (arc-), o en otra forma del prefijo άρχω (archo) significa "que gobierna, que dirige, que comanda, que lidera" + άγγελος (ángel) que significa "mensajero". A partir de estas raíces, el significado dado es de "Ángel Jefe" o "Ángel Principal" según la sintaxis del idioma griego. Cabe destacar que el prefijo "αρχ" indica supremacía, uno de los primeros en su clase o liderazgo ante determinado grupo, por tanto podría traducirse el término como "Capitán de los Ángeles" o "Uno de los primeros ángeles".

  • El término "arcángel" como todo adjetivo del griego antiguo se aplica en plural, dual y singular.
  • El nombre Miguel en hebreo (מִיכָאֵל) significa literalmente "¿Quién como Dios?" (mi-ka-el)

Al principio de los tiempos

Arcangel Miguel.jpg

Cuando no existía nada, todos los ángeles estaban reunidos en torno al Señor, esperando la señal que del El viniera para ir hacia los mundos y co-ayudar en la Creación, pero una disensión entre los ángeles, desató la polémica primero y la guerra de los cielos después.

Sucedió que llegaba el instante de la creación del hombre. Hubo ángeles que querían al hombre perfecto, superior, a la misma altura de ellos, por eso no escatimarían esfuerzos en lograrlo y estaban dispuestos a hacer sus mejores obras. Otros ángeles en cambio, querían que el hombre y su conciencia fuera ascendiendo en el plano universal a través de escalas hasta llegar a Dios y su perfección, a través del trabajo diario y por los siglos de los siglos. Esto era para asegurarse que el hombre, a pesar de su lentitud en lograr la perfección, algún día llegaría a Dios totalmente consciente y con sus capacidades acrecentadas. Según las historias más antiguas de la tierra, que se encuentran en libros de miles de años y que se conservan en oriente, hubo otras humanidades en la tierra, aquellos primeros seres humanos no fueron perfectos y fueron destruidos.

Este fue el motivo principal de la polémica. Unos querían que el hombre fuera perfecto desde el principio, y si se equivocaban destruirían la creación del mismo hasta lograr un ser superior, y los otros querían la vía de la ascensión. Los ángeles que no estaban de acuerdo con tal de no movilizarse, en su negativa, decidieron continuar durmiendo en el seno de Dios, pero esto ya no era posible porque el universo comenzaba a expandirse irremediablemente.

De los ángeles rebeldes, hubo uno que logró ponerse a la cabeza de todos, su nombre era Shaitan, el adversario, el que desafió al resto de los ángeles y a Dios mismo. El pecado de este ángel fue el de la soberbia, porque dijo que él lograría hacer al hombre tan superior o más que a los mismos arcángeles. Este ángel expresó su entusiasmo con voz estruendosa diciendo: "¿Quién como yo?" a lo que el siguiente ángel en el orden jerárquico le respondió: "Te equivocas; ¡Quién como Dios!"

Miguel era el primer arcángel en la jerarquía de los cuatro, acompañado por Gabriel, Rafael y Uriel. Se encontraba a la cabeza de los cuatro puntos de luz por ser el que más cerca del centro del universo estaba. El dominio de Miguel era el fuego, el que fuera encendido por un ángel anterior de nombre Luzbel, solo que este tenía la misión de encender la chispa primigenia en todos pero que no podía equilibrar sus fuerzas por tener la misión de encender al universo, no de mantenerlo. Mientras que Miguel conserva y cuida que el fuego del universo no se extinga, los demás ángeles protegen otros puntos en el divino universo. Por esto Miguel es de una jerarquía superior, pues por él el universo se mantiene encendido. Más tarde será el Hijo de Dios quien tendrá la misión de Cristalizar el brillo de Dios en todas partes.

El Arcángel Miguel enfrentó directamente a Shaitan y le respondió ¿Qué has dicho? Te olvidado del Creador, te has olvidado de Dios ¿Quién como Dios?. Con esas palabras demostró su fidelidad, olvidándose de sí mismo y asumiendo la responsabilidad como defensor de un mandato superior. A partir de ese momento se desató la guerra, pues todos los ángeles a las órdenes de Miguel avanzaron sobre los ángeles que habían simpatizado con Shaitan. Esta guerra duró miles de millones de años, hasta que las dos terceras partes de los ángeles lograron vencer a la tercera rebelde y desordenada que fue arrojada a los abismos, esto es, fuera del universo posible de conocer.

Como en toda guerra, también hay arrepentidos y esta no es una excepción. Muchas veces, aquellos astros que pasan como estrellas fugaces, cumplen con una función benéfica hacia los humanos, es como si aquellos rebeldes buscaran una reconciliación con Dios y sus criaturas. Hubo muchas de esas almas que llegaron a los mundos para trabajar y cumplir con el mandato de Dios, ya que si no lo hacían eran inmediatamente separados y arrojados hacia planos que no se pueden conocer, llamados genéricamente abismos.

Su nombre se encuentra cuatro veces en la Escritura

  • Daniel 10,13-21: Gabriel le dice a Daniel, cuando él le pide a Dios que le permita a los judíos volver a Jerusalén: "El Ángel[3] del Reino de Persia me ha hecho resistencia… pero Miguel, uno de los Primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda… Nadie me presta ayuda para esto, excepto Miguel, vuestro Príncipe.”
  • Daniel 12: el Ángel, hablando del fin del mundo y del Anticristo dice: “En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo."
  • En la epístola católica de San Judas 1,9: “En cambio el arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, etc.” San Judas alude a la antigua tradición judía de una disputa entre San Miguel y Satanás sobre el cuerpo de Moisés, un relato de lo cual también se puede encontrar en el libro apócrifo de la asunción de Moisés[4]. San Miguel escondió la tumba de Moisés; sin embargo Satanás al destaparla, trató de seducir al pueblo judío al pecado del culto a los héroes. San Miguel también custodia el cuerpo de Eva, de acuerdo a la “Revelación de Moisés” [5].
  • Apocalipsis 12,7: “Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón.” San Juan habla del gran conflicto al final de los tiempos, que refleja también la batalla en el cielo al principio de los tiempos. De acuerdo a los Padres a menudo hay controversia sobre San Miguel en la Escritura donde no se menciona su nombre. Dicen que él era el querubín que estuvo en la puerta del paraíso, “para guardar el camino del árbol de la vida”[6], el ángel a través de quien Dios publicó el Decálogo para su pueblo escogido, el ángel que se puso en el camino para estorbarle a Balaam[7], el ángel que puso en fuga al ejército de Senaquerib[8].

Detalles de su figura y vestimenta

San Miguel General de las Legiones del cielo.

San Miguel es el príncipe de la milicia celeste, está vestido con ropas que recuerdan el rojo del fuego y el azul de la justicia, un cinturón de oro ciñe su cintura, significando el beneplácito y sostén que Dios le da. Porta en su mano derecha la espada de doble filo, la que separa lo verdadero de lo falso venciendo a los soberbios que disfrazan sus argumentos siempre en favor de razones egoístas.

En su mano izquierda lleva la balanza de los platillos dorados. Esto alude a la justicia divina que Dios le concedió por haber vencido y logrado la paz en el universo.

No es a los seres humanos a quienes les corresponde juzgar o maldecir a aquellos ángeles rebeldes, no están bajo la supervisión humana ni son sojuzgados por esta, sino que es a Dios a quien le corresponde ejercer su voluntad tanto sobre ellos como sobre cualquier mortal. La única defensa que tiene el ser humano es Dios y su escudo llamado Miguel.

San Miguel y sus cuatro oficios

Según estos pasajes bíblicos, la tradición cristiana le da a San Miguel cuatro oficios:

  • Pelear contra Satanás.
  • Rescatar las almas de los fieles del poder del enemigo, especialmente a la hora de la muerte.
  • Ser el campeón del pueblo de Dios: los judíos en la antigua Ley, los cristianos en el Nuevo Testamento; por lo tanto él era el patrón de la Iglesia, y de la orden de caballeros durante la Edad Media.
  • Llamar de la tierra y traer las almas de los hombres a juicio[9].

Las opiniones varían en cuanto a su rango en la jerarquía celestial. San Basilio (Hom. de angelis) y otros Padres Griegos, también Salmeron, Bellarmine, etc., ubican a San Miguel sobre todos los ángeles; dicen que se le llama “arcángel” porque es el príncipe de los demás ángeles. Otros[10]creen que es el príncipe de los serafines, el primero de los nueve órdenes angélicos. Pero, de acuerdo a Santo Tomás[11] él es el príncipe del último y más bajo coro, los ángeles. La liturgia romana parece seguir a los Padres Griegos; lo llama Princeps militiae coelestis quem honorificant angelorum cives. El himno del Breviario Mozárabe ubica a San Miguel incluso sobre los veinticuatro ancianos. La liturgia griega lo llama Archistrategos, "general altísimo" [12].

Veneración

Habría sido natural para San Miguel, defensor del pueblo judío, ser el defensor de los cristianos, dándoles la victoria en la guerra contra sus enemigos.

Primeros cristianos

Sin embargo, los primeros cristianos reconocieron a algunos mártires como sus patrones militares: San Jorge, San Teodoro, San Demetrio, San Sergio, San Procopio, San Mercurio, etc; pero a San Miguel le dieron el cuidado de sus enfermos. En Frygia, el lugar donde fue venerado por primera vez, su prestigio como sanador angelical obscureció su interposición en asuntos militares. Él fue desde los primeros tiempos el centro del verdadero culto a los santos ángeles. La tradición relata que en los primeros tiempos San Miguel hizo surgir un manantial medicinal en Chairotopa, cerca de Colosas, donde todos los enfermos que se bañaban allí, invocando a la Santísima Trinidad y a San Miguel, se curaban.

Más famosos aún son los manantiales que se dice San Miguel hizo surgir de la roca en Colosas (Chonae, la actual Khonas, en el Lico). Los paganos dirigieron un arroyo contra el santuario de San Miguel para destruirlo, pero el arcángel dividió la roca con un trueno, para darle un nuevo lecho a la corriente, y santificó para siempre las aguas que venían de la quebrada. Los griegos afirman que esta aparición tuvo lugar a mediados del siglo I, y celebran una fiesta en conmemoración de esto el 6 de septiembre [13]. También en Pitia en Bitinia y en todas partes de Asia, los manantiales termales eran dedicados a San Miguel.

Constantinopla

De la misma manera en Constantinopla, san Miguel era considerado el gran médico celestial. Su santuario principal, el Michaelion, estaba en Sosthenion, casi 50 millas al sur de Constantinopla; ahí se dice que el arcángel se le apareció al Emperador Constantino. Los enfermos dormían en esa iglesia de noche, esperando una manifestación de San Miguel; allí su fiesta se celebraba el 9 de junio. Otra famosa iglesia estaba dentro de los muros de la ciudad, en los baños termales del Emperador Arcadio; ahí la sinaxis del arcángel se celebraba el 8 de noviembre. Esta fiesta se propagó por toda la Iglesia Griega, y las Iglesias de Siria, Armenia y Alejandría también la adoptaron; ahora es la principal fiesta de San Miguel en el Oriente. Se pudo haber originado en Frigia, pero su estación en Constantinopla fue las Termas de Arcadio[14]. Otras fiestas de San Miguel en Constantinopla eran: 27 de octubre, en la iglesia “Promotu”; 18 de junio, en la iglesia de San Julián, en el Foro; y el 10 de diciembre en Athae.

Egipto

Los cristianos de Egipto, pusieron al río que les daba la vida, el Nilo, bajo la protección de San Miguel; adoptaron la fiesta griega y la celebraban el 12 de noviembre; el día 12 de cada mes, celebraban una conmemoración especial al arcángel, pero el 12 de junio, cuando el río comenzaba a crecer, guardaban como feriado de obligación de la fiesta de San Miguel “por la crecida del Nilo”, euche eis ten symmetron anabasin ton potamion hydaton.

Roma

En Roma, el Sacramentario Leonino[15]tiene el "Natale Basilicae Angeli via Salaria", 30 de septiembre; de las cinco Misas para la celebración, tres mencionan a San Miguel. El Sacramentario Gelasiano (siglo VII) da la fiesta S. Michaelis Archangeli, y el Sacramentario Gregoriano (siglo VIII), Dedicatio Basilionis S. Angeli Michaelis, 29 de septiembre. Un manuscrito también añade aquí “via salaria” [16]. Esta iglesia de la Via Salaria estaba a seis millas al norte de la ciudad; en el siglo IX fue llamada Basilica Archangeli in Septimo [17], la cual desapareció hace doscientos años. En Roma también se le dio a San Miguel el rol de médico celestial. De acuerdo a una leyenda (¿apócrifa?) del siglo X, él se apareció sobre los Moles Hadriani[18], en el 650, durante la procesión que realizó San Gregorio en contra de la pestilencia, lo cual hizo cesar la plaga. El Papa San Bonifacio IV (608-15) construyó en los Moles Hadriani una iglesia en honor a él, a la que llamó St. Michaelis inter nubes (in summitate circi).

Bien conocida es la aparición de San Miguel (c. 494 o 530-40), como se relata en el Brevario Romano, el 8 de mayo, en su famoso santuario en el Monte Gárgano, donde le fue restaurada su gloria original como patrono de la guerra. Los lombardos de Sipontum (Manfredonia) le atribuyen su victoria sobre los griegos napolitanos, el 8 de mayo de 663, a su intercesión. En conmemoración de esta victoria la iglesia de Sipontum instituyó una fiesta especial en honor del arcángel, el 8 de mayo, que se ha esparcido por toda la Iglesia Latina, y ahora es llamada (desde el tiempo de Pío V) "Apparitio S. Michaelis", aunque originalmente no conmemoraba la aparición, sino la victoria.

Se dice que los himnos del Oficio Romano fueron compuestos por Rábanus Mauro de Fulda[19]. En el arte San Miguel es representado como guerrero angélico, armado con un casco, espada y escudo (frecuentemente la armadura presenta la inscripción en latín: Quis ut deus), parado sobre el dragón, a quien a veces clava con una lanza. También sostiene un par de balanzas en donde pesa las almas de los difuntos [20], o el libro de la vida, para demostrar que él toma parte en el juicio. Su fiesta (29 de septiembre), en la Edad Media era celebrada como un feriado de precepto, pero junto con otras fiestas fue gradualmente abolida desde el siglo XVIII (ver fiestas eclesiásticas). El Día de San Miguel, en Inglaterra y otros países, es uno de los días trimestrales regulares para el ajustamiento de rentas y cuentas; pero ya no es notable por la hospitalidad con que se celebraba antes. En algunas parroquias (Isle de Skye) tenían una procesión en este día y preparaban un pastel, llamado la hogaza de San Miguel[21].

Normandía

En Normandía San Miguel es el patrón de los marineros en su famoso santuario de Mont-Saint-Michel, en la diócesis de Coutances. Se dice que apareció ahí en el año 708, a San Auberto, obispo de Avranches. En Normandía su festividad "S. Michaelis en periculo maris" o "en Monte Tumba", se celebraba universalmente el 18 de octubre, el aniversario de la dedicación de la primera iglesia, 16 de octubre del 710; la fiesta luego se confinó a la Diócesis de Coutances. En Alemania, luego de su evangelización, San Miguel reemplazó para los cristianos al dios pagano Wotan, a quien se consagraron muchas montañas, por ende las numerosas capillas de San Miguel en toda Alemania.

San Juan Pablo II exhortó a los católicos a rezarla contra el mal

Papa Juan Pablo II.jpg

San Juan Pablo II pidió a todos los católicas retomar la Oración a San Miguel Arcángel para protegernos del mal. La Oración al Arcángel Miguel fue compuesta por el Papa León XIII y después de que él tuvo una visión de la batalla entre la "mujer vestida de sol" y el gran dragón que intentó devorar a su hijo al nacer, indicada en el libro de Apocalipsis, capítulo 12.

En 1886, el Papa decretó que esta oración fuese recitada al final de la Santa Misa por toda la Iglesia universal

Esta práctica de invocación a San Miguel Arcángel se celebró hasta que ocurrió el Concilio Vaticano II, cuyo mandato de recitar esta oración al finalizar la misa fue revocado, aunque igual los fieles podían continuar con esta devoción pero de manera privada

San Juan Pablo II y la oración a San Miguel Arcángel.

En 1994, durante el Año Internacional de la Familia, el Papa San Juan Pablo II pidió a todos los católicos que rezaran esta oración diariamente. Él advirtió que el destino de la humanidad estaba en grave peligro.

A pesar de que San Juan Pablo II no ordenó que la oración fuese pronunciada después de la Santa Misa, exhortó a todos los católicos a rezarla juntos para superar las fuerzas de la oscuridad y el mal en el mundo.

La Mujer vestida de Sol.

En su mensaje durante la oración del Ángelus, dado en la Plaza de San Pedro, el domingo 24 de abril de 1994, poco antes de la Conferencia de las Naciones Unidas en El Cairo, San Juan Pablo II habló de "la mujer vestida de sol", de la que se hacía mención en la visión apocalíptica de San Juan, con el dragón a punto de devorar a su hijo recién nacido (Ap. 12,1-4)

El Santo Padre dijo en aquel entonces que en nuestro tiempo "todas las amenazas acumuladas a la vida" son colocadas ante la Mujer, y nosotros debemos dirigirnos a la "Mujer vestida de sol" para superar todas estas trampas".

Este mensaje animó al pueblo católico para que nuevamente invocaran a San Miguel Arcángel a través de la oración que el Papa León XIII había compuesto.

Que la oración nos fortalezca para la batalla espiritual de la que se nos dice en la Carta a los Efesios:

"Fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio"

[22].

Esta es la misma batalla a la que El Libro de la Revelaciones [Apocalipsis] hace mención, recordando ante nuestros ojos la imagen de San Miguel Arcángel[23].

El Papa León XIII sin duda tenía una visión muy vívida de esta escena cuando, al final del siglo pasado, introdujo una oración especial a San Miguel Árcangel en toda la Iglesia. Incluso si esta oración ya no se recita al final de cada misa, nosotros podemos recordar este llamado a la lucha espiritual y recitarla para obtener ayuda en la batalla contra las fuerzas de la oscuridad y en contra del enemigo malo.

San Miguel Arcángel

Miguel ("¿quién es como Dios?", en hebreo: מִיכָאֵל), es uno de los arcángeles de Dios, protector de la iglesia y del pueblo fiel. A él lo invocamos como San Miguel Arcángel y también como "San Miguel".

San Miguel Arcángel es mencionado tres veces en el Libro de Daniel, pero lo más notable es el siguiente pasaje...

"En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe celestial, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: Todo el que se encuentre inscrito en el Libro de la vida"[24].

En el Nuevo Testamento, San Miguel Arcángel dirige los ejércitos de Dios contra las fuerzas de Satanás en el Libro del Apocalipsis, donde durante la guerra en el cielo derrota a Satanás. En la epístola de Judas, a Miguel se le llama específicamente "el arcángel Miguel".

Cada vez que te encuentres en serios problemas, pide la ayuda a San Miguel Arcángel. Todo el ejército celestial de los ángeles está bajo su mando, por la gracia y la bendición del Gran Dios Todopoderoso, él te ayudará personalmente en todas tus dificultades, especialmente en la superación del mal y la oscuridad en su vida.

Oraciones

Oración a San Miguel Arcángel.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios pedimos suplicantes; y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con tu divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén

Oración a San Miguel contra los enemigos espirituales

Glorioso San Miguel, Príncipe de las milicias celestiales, que estás siempre dispuesto a ayudar al pueblo de Dios; que luchaste con el dragón, la vieja serpiente, y lo arrojaste del Cielo a los abismos, y ahora defiendes valientemente a la Iglesia de Dios para que las puertas del infierno nunca prevalezcan contra ella. Te ruego encarecidamente que me ayudes también en el doloroso y peligroso conflicto que mantengo contra el todas las formas del mal que quieren hacerme daño y que buscan que pierda el camino hacia Dios.


Ven conmigo, oh poderoso Príncipe celestial, para que pueda luchar con valentía y vencer a ese espíritu orgulloso, a quien tú, por el Poder Divino, derrocaste gloriosamente, y a quien nuestro poderoso Rey, Jesucristo, ha vencido completamente en nuestra naturaleza; así, habiendo triunfado sobre el enemigo de mi salvación, puedo, contigo y los santos ángeles, alabar la clemencia de Dios que, habiendo rechazado la misericordia de los ángeles rebeldes después de su caída, ha concedido el arrepentimiento y el perdón al hombre caído.


Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración a San Miguel Arcángel para proteger la Iglesia.

Oh glorioso San Miguel arcángel, guardián y defensor de la Iglesia de Jesucristo, Tú que eres príncipe de las milicias celestiales, ven en ayuda de esta Iglesia, contra la cual se desencadenan los poderes del infierno, guarda con especial cuidado su augusta Cabeza, y consigue que para él y para nosotros llegue rápidamente la hora del triunfo.
Oh glorioso Arcángel San Miguel, vela por nosotros durante la vida, defiéndenos de los asaltos del demonio, asiste especialmente en la hora de la muerte; obtén para nosotros un juicio favorable, y la felicidad de contemplar a Dios cara a cara por interminables edades. Amén.

Oración de protección y exorcismo a San Miguel Arcángel

Entre los Santos Arcángeles, tres son particularmente distinguidos en las Sagradas Escrituras, San Miguel, San Gabriel y San Rafael. El Arcángel San Miguel, a quien la Iglesia honra con especial devoción, fue el príncipe de los ángeles fieles que se opusieron a Lucifer y a sus asociados en su revuelta contra Dios.

Este Santo Arcángel es honrado por la Iglesia Católica, bajo el mismo título de guardián de Dios, y como el protector de los fieles. A San Miguel Arcángel, se le menciona en la persecución del Anticristo, se levantará poderosamente en su defensa: "En ese momento se levantará Miguel, el gran príncipe, que está a favor de los niños de tu pueblo".

San Miguel Arcángel no es solo el protector de la Iglesia, sino de cada alma fiel y devota de Nuestro Señor. San Miguel Arcángel derrotó al demonio por la humildad. Sus armas fueron la humildad y el ardiente amor a Dios; y estas mismas deben ser nuestras armas.

Oración de exorcismo a San Miguel Arcángel

En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Glorioso Príncipe de la corte Celestial, San Miguel Arcángel, defiéndenos en el conflicto que tenemos que sostener contra los principados y potestades, contra los gobernantes del mundo de esta oscuridad, contra los espíritus de maldad en los lugares altos [25]

Ven al rescate de los hombres que Dios ha creado, a su imagen y semejanza, y a quienes ha redimido a un alto precio de la tiranía del demonio.

San Miguel Arcángel, eres tú, a quien la Santa Iglesia venera como su guardia y protector; a quien el Señor ha encargado llevar al cielo a las almas redimidas. Ora, por lo tanto, al Dios de la Paz para someter al demonio bajo nuestros pies, para que ya no retenga a los hombres cautivos ni lesione a la Iglesia.

Glorioso príncipe celestial, presenta nuestras oraciones al Altísimo, para que sin demora pueda derramar Su misericordia sobre nosotros. Agarra al dragón, a la serpiente antigua, que es el demonio y Satanás, átalo y échalo al abismo sin fondo, para que ya no seduzca a las naciones[26].

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Exorcismo

En el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, fortalecido por la intercesión de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, del bendito San Miguel Arcángel, de los Bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, y todos los Santos, nos comprometemos confiadamente a repeler los ataques y los engaños del demonio.

¡Se alza el Señor! Sus enemigos se dispersan y sus adversarios huyen delante de Él. Tú los disipas como se disipa el humo; como se derrite la cera ante el fuego, así desaparecen los impíos delante del Señor.

  • V. ¡Mira la cruz del Señor! Huye, bandas de enemigos.
  • R. El León de la tribu de Judá, el linaje de David, ha vencido.
  • V. Que tu misericordia descienda sobre nosotros.
  • R. Tan grande como nuestra esperanza en Ti.

Salmo 67

Fuentes y Enlaces de Interés

  1. 1° Tesalonicenses 4, 16.
  2. Apocalipsis 12:7
  3. B.D., príncipe.
  4. Orígenes, "De principiis", III.2.2.
  5. “Evangelios Apócrifos”, etc., ed. A. Walker, Edimburgo, p.647.
  6. Gén. 3,24.
  7. Núm. 22,22 ss.
  8. 2 Ry. 19,35.
  9. Signifer S. Michael repraesentet eas in lucam sanctam, Offert. Miss Defunct. "Constituit eum principem super animas suscipiendas", Antiph. off. Cf. El Pastor de Hermas, III, Simil. 7, 3.
  10. cf. P. Buenaventura, op. cit.
  11. Summa, Ia:113:3.
  12. cf. Menaea, 8 nov. y 6 sept.
  13. Analecta Bolland., VIII, 285-328.
  14. Martinov, “Annus Graeco-slavicus”, 8 nov.
  15. siglo VI
  16. Ebner, "Miss. Rom. Iter Italicum", 127.
  17. Armellini, "Chiese di Roma", p. 85.
  18. Castel di S. Angelo.
  19. m. 856.
  20. cf. Rock, “The Church of Our Fathers”, III, 160.
  21. San Miguel Arcángel
  22. Efesios 6,10-11
  23. cf. Apocalipsis 12,7
  24. Daniel 12,1
  25. Efesios 6,12
  26. Apocalipsis 20.2-3

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