Hormigas
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Presentación
La hormiga Formícidos (Formicidae), son una familia de insectos sociales que, como las avispas y las abejas, pertenecen al orden de los himenópteros.
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Las hormigas evolucionaron de antepasados similares a una avispa a mediados del Cretáceo, hace entre 110 y 130 millones de años, diversificándose tras la expansión de las plantas con flor por el mundo. Son uno de los grupos zoológicos de mayor éxito y en la actualidad están clasificadas más de 12 000 especies, con estimaciones que superan las 14 000, y con unas tendencias actuales que predicen un total de más de 21 000.Habitan en todos los continentes excepto la Antártida
Etimología
La palabra «hormiga» aparece por primera vez en el siglo XIV y deriva de la palabra latina formīca, que tiene el mismo significado. Tiene el mismo origen que las palabras correspondientes en otras lenguas romances, como por ejemplo formiga (portugués, catalán y gallego), fourmi (francés) y formica (italiano). El nombre de la familia, Formicidae, también deriva del latín formīca
Son insectos comunes, pero presentan algunas características únicas. En el mundo se conocen más de 10.000 especies de hormiga. Predominan especialmente en los bosques tropicales, donde en determinados lugares pueden suponer hasta la mitad de la población de insectos.
Los hormigas son muy parecidas a las termitas, y ambas suelen ser confundidas... especialmente por inquietos propietarios de casas. Sin embargo, las hormigas tienen una «cintura» estrecha entre el abdomen y el tórax, y las termitas no. Además, las hormigas tienen cabezas grandes, antenas articuladas y poderosas mandíbulas. Estos insectos pertenecen al orden de los Hymenoptera, que incluye a avispas y abejas.
Las hormigas son unos insectos hipersociales que suelen vivir en comunidades organizadas bajo tierra, en túmulos a nivel del suelo o en árboles. Las hormigas carpinteras viven en la madera y pueden dañar edificios. Algunas especies, como la hormiga soldado, desafían a la norma y no tienen hogares permanentes.
Las comunidades de hormigas están dirigidas por una o varias reinas, cuya misión en la vida es poner miles de huevos para garantizar la supervivencia de la colonia. Las hormigas trabajadoras (las que normalmente vemos) son hembras sin alas que no se reproducen. En su lugar, recolectan comida, cuidan la prole de la reina, construyen el hormiguero, protegen a la comunidad y realizan muchas otras labores.
Las hormigas macho solo tienen un deber: aparearse con la reina. Una vez cumplida su función, pueden morir.
Comunicación
Hormigas tejedoras (género Oecophylla) colaborando para desmembrar a una hormiga roja (las dos situadas a los extremos tiran, mientras que la del medio la corta).
Las hormigas se comunican entre ellas por medio de feromonas. Estas señales químicas están más desarrolladas en los formícidos que en otros grupos de himenópteros. Las feromonas son producidas por una gran variedad de estructuras, como la glándula de Dufour, las glándulas venenosas y las del intestino posterior, el pigidio, el recto, el esternón y la tibia posterior
Como otros insectos, las hormigas perciben olores con sus largas y delgadas antenas móviles, que ofrecen además información sobre la dirección y la intensidad de los olores. Dado que la mayoría viven en tierra, usan la superficie del suelo para dejar rastros de feromonas que las otras hormigas pueden seguir. En las especies que recolectan en grupos, un recolector que encuentra alimento deja un rastro cuando vuelve al hormiguero; las demás siguen este rastro, y después lo refuerzan cuando vuelven a la colonia con alimentos.
Cuando se agota la fuente de alimento ya no van dejando el rastro, y las feromonas se disipan lentamente. Este comportamiento les ayuda a adaptarse a los cambios en su ambiente. Por ejemplo, cuando un camino establecido hacia una fuente de alimento queda bloqueado por un obstáculo, las recolectoras lo abandonan para explorar nuevas rutas. Si una hormiga tiene éxito, deja un nuevo rastro durante su regreso para marcar la ruta más corta. Las mejores rutas son seguidas por más hormigas, reforzando el rastro y encontrando de manera gradual el mejor camino
Las hormigas se comunican y cooperan mediante sustancias químicas que alertan a las demás de peligros o las conducen hasta una prometedora fuente de comida. Suelen comer néctar, semillas, hongos o insectos. Sin embargo, algunas especies tienen dietas más inusuales. Las hormigas soldado pueden cazar reptiles, aves e incluso pequeños mamíferos. Una especie del Amazonas (allomerus decemarticulatus) construye en equipo grandes trampas de fibra vegetal. Estas trampas tienen muchos agujeros y, cuando un insecto pasa por encima, cientos de hormigas ocultas en el interior usan los orificios para atraparlo con sus mandíbulas.
Cabeza
La cabeza de una hormiga contiene muchos órganos sensoriales. Como la mayoría de los insectos, las hormigas tienen ojos compuestos a base de numerosos lentes minúsculos unidos entre sí. Los ojos de la hormiga son buenos para la detección de movimiento agudo, pero no ofrecen una imagen de alta resolución. También tienen tres pequeños ocelos (ojos simples) en la parte superior de la cabeza, que detectan los niveles de luz y la polarización. En comparación con los vertebrados, la mayoría de las hormigas tienen una vista de pobre a mediocre y algunas especies subterráneas son completamente ciegas. Algunas hormigas, tales como la hormiga bulldog de Australia, sin embargo, tiene una excelente visión y son capaces de discriminar la distancia y el tamaño de los objetos en movimiento a cerca de un metro de distancia.
Dos antenas (“sondeos”) se unen a la cabeza; estos órganos detectan sustancias químicas, corrientes de aire y vibraciones; también se utilizan para transmitir y recibir señales a través del tacto. La cabeza tiene dos mandíbulas fuertes, que se utilizan para transportar alimentos, manipular objetos, construir nidos, y para la defensa. En algunas especies un pequeño bolsillo (cámara infrabuccal) dentro de la boca almacena los alimentos, por lo que se lo puede pasar a otras hormigas o sus larvas.
Piernas
Las seis piernas están unidas a la mesosoma (“tórax”). Una garra enganchada al final de cada pata ayuda a las hormigas a subir y colgar en las superficies.
Alas
La mayoría de las reinas y el pequeño número de zánganos en una colonia (hormigas machos), tienen alas; las reinas arrojan las alas después del vuelo nupcial, dejando visibles los talones, un rasgo distintivo de las reinas. Las reinas sin alas (ergatoids) y los machos se producen en unas pocas especies.
Metasoma
El metasoma (abdomen) protegen los importantes órganos internos de las hormigas, incluyendo los de los sistemas reproductivo, respiratorio (tráquea), y los sistemas excretores. Los trabajadores de muchas especies tienen sus estructuras ponedoras modificadas en picaduras, que se utilizan para someter la presa y defender sus nidos.[1]
Polimorfismo
En las colonias de algunas especies de hormigas, existen castas de trabajo físico, en tamaño-clases distintas, llamadas de menor, mediana y grandes trabajadores. A menudo, las hormigas más grandes tienen cabezas desproporcionadamente grandes y mandíbulas fuertes, correspondientemente. Estos individuos a veces se llaman hormigas “soldados” debido a que sus mandíbulas más fuertes son más eficaces en la lucha, aunque todavía son trabajadores y sus “deberes” por lo general no varían mucho de los trabajadores menores o medianos. En algunas especies los trabajadores medios están ausentes, produciéndose una marcada división entre las menores y las mayores. Las hormigas tejedoras, por ejemplo, tienen una distribución de tamaño bimodal. Algunas otras especies muestran una variación continua en el tamaño de los trabajadores.
Los trabajadores más pequeños y más grandes de Pheidologeton diversus muestran casi una diferencia de 500 veces en sus pesos. Los trabajadores no pueden aparearse; debido al sistema de determinación del sexo haplodiploid en las hormigas, los trabajadores de una serie de especies pueden poner huevos no fertilizados, que se convierten en machos haploides completamente fértiles. El papel de los trabajadores puede cambiar con la edad y en algunas especies, como las hormigas mieleras, los trabajadores jóvenes son alimentados hasta que sus gasters están distendidos, y actuar como recipientes de almacenamiento de alimento vivos. Estos trabajadores de almacenamiento de alimentos se llaman repletos.
Este polimorfismo en la morfología y el comportamiento de los trabajadores, inicialmente se pensó que era determinado por factores ambientales, como la nutrición y las hormonas que los llevaban a diferentes caminos de desarrollo, sin embargo, estos polimorfismos son causados por cambios genéticos relativamente pequeños; las diferencias en un único gen del Solenopsis invicta pueden decidir si la colonia tendrá reinas individuales o múltiples. La hormiga puente australiana (Myrmecia pilosula) tiene sólo un único par de cromosomas (con los machos teniendo sólo un cromosoma, haploides), el número más bajo conocido de cualquier animal, por lo que es un tema interesante para los estudios en la genética y la biología del desarrollo de los insectos sociales.
Estridulación
Algunas hormigas producen sonidos por medio de estridulación (haciendo rozar dos partes del cuerpo), utilizando los segmentos del gáster y las mandíbulas. Los sonidos pueden servir para comunicarse con miembros de la colonia o con otras especies
Cuando las señales químicas desaparecen, las hormigas emplean la memoria
Las colonias de hormigas tienen una capacidad asombrosa de toma de decisiones colectivas y de organización. Pueden reaccionar de forma dinámica al entorno cambiante y decidir sobre una gran variedad de cuestiones que afectan al grupo, tales como dónde enviar las obreras, cómo construir sus nidos o dónde verter los residuos. Y lo consiguen sin el control jerárquico de un líder y sin que ninguna de ellas tenga un conocimiento global de la situación. Cada hormiga exhibe, por lo tanto, habilidades cognitivas sorprendentemente complejas.
Un estudio publicado en Journal of Experimental Biology[2] ha comprobado ahora que las hormigas se valen de la memoria individual para recorrer un camino que ya habían transitado antes, en especial cuando las señales químicas, o feromonas, que han dejado sus compañeras han desaparecido.
Cuando hallan una fuente de alimento, las primeras hormigas que acuden al lugar marcan el camino con feromonas, que indican a las compañeras sobre la ubicación de la comida. Al seguir el rastro de las feromonas, los insectos pueden regresar al lugar y deleitarse una y otra vez con el manjar. Pero el nuevo estudio ha demostrado que las feromonas no son la única estrategia que emplean para orientarse. El recuerdo individual del camino fomenta también las visitas repetidas.
Recordar el camino
Mediante experimentos, los investigadores observaron cómo las hormigas negras (Lasius niger) introducidas en recintos descubrían y se alimentaban de una solución ligeramente azucarada. A continuación extrajeron las hormigas, eliminaron los rastros de feromonas y añadieron una segunda solución azucarada más concentrada y dulce. Cuando reintrodujeron las hormigas en el recinto, los insectos acudieron de nuevo a la solución azucarada inicial, a pesar de que las señales de feromona que conducían a ella habían desaparecido. Privadas del “mapa químico”, confiaron en el recuerdo de la antigua ruta y dejaron de explorar el alimento nuevo, más apetecible. Aunque pueda sorprender que las hormigas ignoraran la comida más dulce, esa estrategia tal vez les beneficie en la naturaleza, donde las colonias explotan una gran variedad de fuentes de alimentos. Los desplazamientos basados a la vez en las feromonas y en la memoria las hacen más flexibles: aunque la lluvia o el mal tiempo borren sus senderos de feromonas, todavía les quedan otras opciones para obtener comida.[3]
Estudio revela que la hormiga roja puede ayudar a predecir terremotos
En una investigación realizada por científicos alemanes en una zona altamente sísmica de su país, concluyó que antes de que se presente un sismo la hormiga roja de la madera o "formica polyctena" cambia sus costumbres al interrumpir su fase de descanso nocturno y no retoma su actividad habitual hasta que pasa el terremoto.
Según indicó Gabriele Berberich, de la Universidad de Duisburg-Essen, en el estudio se clasificó a las hormigas y analizó sus reacciones ante los movimientos tectónicos, descubriendo así los comportamientos inusuales ante temblores superiores a una magnitud de dos grados en la escala de Richter.
Además, Berberich señaló que durante el tiempo de estudio "observamos que la colonia entera, excepto la reina, se sitúa en la parte superior del nido, lo cual es bastante inusual, porque normalmente están dentro para evitar a los depredadores".
El experimento realizado entre el año 2009 y 2012, recaudó más de 45 mil horas de grabación para poder estudiar el comportamiento de las colonias de hormigas. En tanto, Berberich aseguró que "monitorizar a este tipo de hormigas ha supuesto un gran paso para entender los procesos geotectónicos y para diagnosticar algunos precursores de movimientos sísmicos".
La extinta Titanomyrma giganteum
La extinta Titanomyrma Giganteum es la hormiga gigante de mayor tamaño de la que se tiene conocimiento, mayor incluso que las del género Dorylus, las mayores hormigas gigantes existentes en la actualidad, de unos 5 cm de longitud, que viven en África Oriental y Central;29 30 el registro fósil indica que los machos medían unos 3 cm, pero las reinas alcanzaban los 6 cm, con una envergadura de unos 15 cm.
Hormigas Odre
Las hormigas odre, como las de la foto, acumulan en el abdomen el néctar que traen del exterior las forrajeadoras. Luego, alimentan con él a toda la colonia.
5 Repelentes naturales contra las hormigas
Vinagre
Limpia las encimeras, armarios y otros lugares donde has detectado hormigas, con una mezcla 50-50 de vinagre blanco y agua. Repetir todo el día para mantener la eficacia. ¿Por qué funciona esto? Dos razones, en realidad, las hormigas odian el olor del vinagre, y elimina los rastros de olor que utilizan para moverse.
Talco para bebés
Traza una línea de gis (tiza) o espolvorea talco para bebés en todo el lugar donde las hormigas están entrando en tu casa. ¿Por qué funciona esto? El talco, un ingrediente tanto en la tiza y en polvo de bebé, es un repelente natural de hormigas. Sólo ten cuidado si decides usarlo, algunos estudios han relacionado al talco con el cáncer.
Zumo de limón
Rociar alrededor de las entradas con el jugo de limón puro, algo sobre el ácido confunde su sentido de rastreo.
Hierbas / Especias
Espolvorea canela, menta, ají en polvo, pimienta negra, pimienta de cayena, clavo o ajo - lo que tengas - en la zona donde has visto a las hormigas y en cimientos de tu casa. Las hojas de laurel también se puede colocar en armarios, cajones contenedores para disuadir aún más esos bichos molestos. ¿Por qué funciona esto? Muchas plantas - incluyendo éstas - desprenden un fuerte olor que repelan a las hormigas y otros insectos en su hábitat natural.
Granos de café
Espolvorear granos de café usados en el jardín y alrededor de la parte exterior de tu casa. ¿Por qué funciona esto? Las hormigas son repelidas por el olor que desprenden los granos, y por cierto, también lo hacen los gatos.
Menta
Rociar aceite esencial de menta alrededor de ventanas y puertas (las entradas). Además de tu casa olerá increíble. Mezcla agua con el aceite y colocar en un atomizador.
Cáscaras de Pepino y cítricos
Deja las cáscaras en áreas de actividad conocidas de las hormigas. ¿Por qué funciona esto? las cáscaras de pepino y cítricos son tóxicos para los tipos de hongos de los que se alimentan las hormigas, y por lo tanto, las hormigas las evitan.
Fuentes y Enlaces de Interés
- Titanomyrma
- Huber, Pierre (1867). Historia de las hormigas.
- Familia Formicidae Articulo
- Bolton, B. (2003). Synopsis and classification of Formicidae. Memoirs of the American Entomological Institute, 71:1-370