Gordon Cooper
Astronauta estadounidense
Leroy Gordon Cooper (6 de marzo de 1927 - 4 de octubre de 2004) fue un astronauta estadounidense. Antes de convertirse en astronauta, Cooper era piloto de la Fuerza Aérea.
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En 1959 Cooper se convirtió en astronauta. Fue uno de los astronautas originales del Programa Mercury. Registró más de 224 horas a bordo de dos vuelos espaciales.
En 1963 pilotó la misión Mercury Atlas 9. Durante esta misión, sentó un récord al pasar más tiempo en el espacio que la totalidad de horas registradas (34 horas) por los 5 astronautas anteriores de la misión Mercurio. También fue el primer astronauta estadounidense que durmió en el espacio.
En 1965, Cooper mandó la Gemini 5. Esta misión estaba destinada a comprobar que los astronautas podían sobrevivir en el espacio durante 8 días. Este es el tiempo necesario para llegar hasta la Luna.
Entrevista a Gordon Cooper: “...estoy convencido de que eran de origen extraterrestre”
La figura del teniente coronel Gordon Cooper pasó a la historia por ser uno de los primeros astronautas de la NASA, la Agencia Espacial estadounidense, en orbitar alrededor de la tierra. Hace escasas fechas admitió públicamente haber tenido un par de encuentros importantes con ovnis.
Desde la constitución de la NASA en 1958 ha habido numerosos testimonios de pilotos y astronautas que afirman haber visto ovnis. Sin embargo, ninguno de ellos se ha mostrado tan abierto al respecto como el teniente coronel Gordon Cooper. Según cuenta, tuvo dos importantes encuentros con ovnis. El primero tuvo lugar en la base aérea de Neubiberg, en Alemania, en 1951: intercepto una flota de ovnis mientras pilotaba un reactor F-86. El segundo tuvo lugar seis años más tarde en la base aérea de Edwards, California, y fue mucho más espectacular: fotografió a un ovni que aterrizó en la citada base.
Qué puedes decirnos sobre tu primer incidente con ovnis en Alemania
Comenzó cuando un vigilante observó algo raro a través de sus binoculares: un grupo de objetos sobrevolando la base. Durante cerca de un día y medio una serie de objetos de gran tamaño estuvieron sobrevolando la base en dirección este-oeste. Decidimos enviar cazas para que observaran el fenómeno. Era difícil evaluar su tamaño, pero parecían platillos lenticulares y dobles.
¿Intentaron interceptarlos?
Sí, pero no pudimos acercarnos lo suficiente. Eran mucho más rápidos que nuestros cazas y volaban mucho más alto. Se desplazaban a una velocidad supersónica, pero mi impresión a posteriori es que podían alcanzar esa velocidad siempre que querían.
¿Le parece que podría tratarse de tecnología soviética o americana avanzada?
No lo creo en absoluto. Ahora estoy convencido de que eran de origen extraterrestre. Posteriormente descubrimos que los soviéticos no eran capaces de producir ningún artefacto con esas características de vuelo. Además, como esto ocurrió hace cincuenta años, si hubiera sido un arma secreta de nuestro ejército a estas alturas ya lo sabríamos.
¿Podría describir su segundo incidente ovni en Edwards en 1957?
Yo era el director de proyectos de una serie de programas aéreos de pruebas que tuvieron lugar en el lecho del lago seco de Mojave, en Edwards. Estábamos haciendo aterrizajes de gran precisión en el lecho del lago. Una serie de fotógrafos de la Fuerza Aérea Estadounidense estaban grabando los aterrizajes con cámaras de video para su posterior análisis. Un día, los muchachos vinieron corriendo a mi oficina y me dijeron que un platillo volante acababa de pasar por encima de sus cabezas: había sacado tres patas y luego aterrizado en el lago seco a unos 50 metros de distancia. Cogieron las cámaras y se acercaron a él para filmarlo. Cuando estuvieron muy cerca de la nave se elevó, las patas de aterrizaje desaparecieron, se ladeó y salió disparado a gran velocidad.
¿Y entonces que ocurrió? Hice revelar la película inmediatamente. Luego revisé la forma de presentación oficial del incidente. A medida que hacía llamadas me iban remitiendo a puestos superiores hasta que llegué al coronel. Me pidió que metiera los negativos en una bolsa de mensajería y los enviara al Pentágono. También me ordenó que no sacara copias. Ésa fue la última vez que lo vi.
¿Además de la película quedaron pruebas de algún otro testimonio?
Ninguno del aterrizaje y según mi información, los fotógrafos no sufrieron ningún efecto nocivo ocasionado por la exposición a la nave cuando despegó.