Coeficiente Intelectual
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Presentación
El cociente intelectual, también denominado coeficiente intelectual o CI en forma abreviada (en alemán Intelligenz-Quotient, IQ), es una puntuación, resultado de alguno de los tests estandarizados diseñados para valorar la inteligencia. Tambien Se le llama de esta forma al resultado obtenido tras realizar pruebas o test, que están diagramadas de una determinada forma para que, al resolverlos, se deje en evidencia el grado de inteligencia de la persona.[1]
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Para ello, se han confeccionado varios tipos de test de coeficiente intelectual, generalmente de múltiple opción, los cuales requieren del uso de la lógica, la memoria, comprensión lectora y mucho razonamiento principalmente, basándose en determinados parámetros y estándares generalizados para su corrección y evaluación.
Se considera que más del 90% de las personas poseen un IQ normal, oscilando entre los 85 o 115 puntos.
Historia
Fue empleado por primera vez por el psicólogo alemán William Stern en 1912, como propuesta de un método para puntuar los resultados de los primeros test de inteligencia para niños, desarrollados por Alfred Binet y Théodore Simon a principios del siglo XX, de forma que pudieran compararse entre sí. En dicho método, se dividía la "edad mental" por la "edad cronológica" y se multiplicaba el resultado por 100, dando como resultado el mencionado cociente.
Aunque aún se emplea habitualmente el término CI para referirse al resultado de un test de inteligencia, la puntuación de los test empleados hoy día, como la Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos, se basan en la proyección del rango medido del sujeto en una campana de Gauss formada por la distribución de los valores posibles para su grupo de edad, con un valor central (inteligencia media) de 100 y una desviación estándar de 15. Los valores por encima de 100 están por encima de la media; los valores por debajo de 100 están por debajo de la media. Distintos test pueden tener distintas desviaciones estándar.
Las puntuaciones medias para muchas poblaciones han tendido a subir una media de tres puntos por década desde principios del siglo XX, con la mayoría del incremento acumulado en la mitad inferior de la curva de CI: este fenómeno se conoce como efecto Flynn. Existe controversia sobre si este incremento estable se produce por un aumento real de las habilidades intelectuales en dichas poblaciones, o si se debe más bien a problemas metodológicos con los test pasados o presentes.
El efecto Flynn
Lleva el nombre de James R. Flynn, un neozelandés especializado en ciencia política, quien descubrió que en todo el mundo las puntuaciones de CI subían pausadamente a razón de tres puntos de CI por década (Flynn, 1999). Las explicaciones que se han propuesto han incluido la mejor nutrición, una tendencia hacia familias más pequeñas, la mejor educación, una mayor complejidad en el ambiente y la heterosis (Mingroni, 2004). Sin embargo, los test se renormalizan ocasionalmente para obtener valores medios de 100 en la puntuación, como, por ejemplo, en WISC-R (1974), WISC-III (1991) y WISC-IV (2003). Por lo tanto, es difícil comparar puntuaciones de CI cuya medición dista varios años en el tiempo.
Hay una evidencia reciente que demuestra que la tendencia al alza de las puntuaciones en test de inteligencia ha remitido en algunos países del primer mundo. En 2004, Jon Martin Sundet (de la Universidad de Oslo) y algunos colaboradores publicaron un artículo documentando puntuaciones en test de inteligencia administrados a reclutas noruegos entre la década de 1950 y 2002, mostrando que el incremento en las puntuaciones en test de inteligencia general se detuvo después de mediados de la década de 1990, y que incluso disminuyó en el subtest de razonamiento numérico.
Thomas W. Teasdale (de la Universidad de Copenhage) y David R. Owen (del Brooklyn College de la ciudad de Nueva York) descubrieron resultados similares en Dinamarca, donde los resultados de los test de inteligencia mostraron que no hubo aumento durante la década de los noventa.
También hay indicaciones provenientes del Reino Unido de que las puntuaciones en los test de inteligencia no están siempre subiendo. Michael Shayer (un psicólogo del King's College de la Universidad de Londres) y dos colaboradores informaron que el rendimiento en los test de razonamiento de Física que se administraron a adolescentes británicos de las escuelas secundarias disminuyó considerablemente entre 1976 y 2003.
Cuál es tu coeficiente intelectual
Seguramente habrás oído hablar alguna vez del coeficiente intelectual, y probablemente habrás, o te habrán, gastado una broma al respecto, como “no te alcanza el coeficiente intelectual” o “demasiado coeficiente intelectual para mi gusto”. Pero en realidad ¿sabes de lo que estás hablando? O mejor aun, ¿sabes cuál es tu coeficiente intelectual?. Puedes realizar el examen tu mismo desde tu PC, simplemente dirígete al final de la pagina y entra en el enlace.
IQ o CI Clasificación
CI | Clasificación |
---|---|
130 o mas | Muy superior |
120 - 129 | Superior |
110 - 119 | Normal brillante |
90 - 109 | Normal |
80 - 89 | Subnormal |
70 - 79 | Limítrofe |
50 - 69 | Deficiente mental superficial |
49 - 30 | Deficiente mental medio |
29 o menos | Deficiente mental profundo |
Test de coeficiente intelectual en linea
En qué influye el CI
El coeficiente intelectual no es más que una prueba para identificar el grado de inteligencia de un individuo, por lo que no significa que constituya una práctica para mejorar la inteligencia en sí misma, y permite vislumbrar el futuro intelectual de la persona, ya sea un niño o adulto, y actuando en consecuencia, lograr un mejor desempeño personal.
De esta forma, se permitiría organizar la vida escolar del estudiante, brindándole atención especial o reforzada para los casos de IQ bajos, o educación superior, becas especiales u otros beneficios para aquellos estudiantes de IQ altos.
También en el plano laboral influye el IQ, siendo una práctica normal que se añada uno de estos test en los exámenes de postulación, ya que con la referencia del coeficiente intelectual, los empleadores podrán determinar si determinado perfil encaja dentro de sus requerimientos, o si es más indicado para un determinado puesto.
El coeficiente intelectual determina verdaderamente nuestra inteligencia
Sobre este punto aún existe controversia, opinando algunos especialistas en la materia que las pruebas de Coeficiente Intelectual solo determinan la capacidad de la persona para resolver dicha prueba, pero no su inteligencia.
Como muchos de los test están basados en ejercicios visuales y de memoria, a muchas personas les resulta fácil resolverlos por tener experiencia con pasatiempos, como sopas de letras o de encontrar la diferencia, por lo que su IQ posiblemente resulte alto, mas no significa que su inteligencia sea proporcional al resultado.
Te estarás preguntando: “entonces, ¿el IQ sirve o no? la respuesta es SI, ya que el coeficiente intelectual en verdad ofrece una información orientativa sobre la capacidad intelectual de la persona, el problema radica en cómo y cuándo se aplican estos resultados, argumentándose al respecto, por ejemplo, que el IQ no debería ser la causa de un rechazo laboral.
Datos
A mayor IQ, mayor felicidad
Investigadores del University College de Londres (Reino Unido) establecieron el año pasado una correlacción entre la sensación de felicidad de la gente y su coeficiente intelectual (IQ, por sus siglas en inglés). Los resultados del estudio mostraron que los individuos que aseguraban ser “muy felices”, tenían un coeficiente intelectual un índice bastante alto de entre 120 y 129. Sin embargo, la mayoría de los que “no eran felices” presentaban un coeficiente intelectual de entre 70 y 79.
Las pruebas de IQ “no tienen sentido”
Las famosas y ampliamente utilizadas pruebas de IQ no reflejan correctamente el nivel de las capacidades intelectuales, según el resultado de un experimento a gran escala realizado por científicos británicos y canadienses. A fin de investigar el valor del coeficiente intelectual, los científicos preguntaron a más de 100.000 participantes que habían completado las doce pruebas sobre planificación, razonamiento, memoria y atención. Su conclusión fue rotunda: las pruebas de IQ “no tienen sentido”.
Identificado el gen que une estructura cerebral e inteligencia
Por primera vez, científicos del King College de Londres han identificado un gen que une el espesor de la materia gris en el cerebro con la inteligencia. El estudio se publica en Molecular Psychiatry y puede ayudar a los científicos a entender los mecanismos biológicos detrás de algunas formas de deterioro mental.
Los investigadores observaron la corteza cerebral, la capa más externa del cerebro humano. Se le conoce como “materia gris” y juega un papel clave en la memoria, la atención, la conciencia perceptiva, el pensamiento, el lenguaje y la conciencia. Estudios anteriores habían demostrado que el espesor de la corteza cerebral, o ‘grosor cortical’, se correlaciona estrechamente con la capacidad intelectual, sin embargo todavía no se habían identificado los genes.
Un equipo internacional de científicos, liderado por el King College, analizó muestras de ADN e imágenes por resonancia magnética de 1.583 adolescentes sanos de 14 años, parte del proyecto IMAGEN. Los adolescentes también se sometieron a una serie de pruebas para determinar su inteligencia verbal y no verbal.
La Doctora Sylvane Desrivières, del Instituto de Psiquiatría y autora principal del estudio, dijo: “Queríamos saber cómo se relacionan las diferencias estructurales en el cerebro con las diferencias en la capacidad intelectua. La variación genética que hemos identificado se vincula a la plasticidad sináptica, el modo en que las neuronas se comunican Esto puede ayudarnos a entender lo que ocurre a nivel neuronal en ciertas formas de deficiencias intelectuales, en los que la capacidad de las neuronas para comunicarse de manera efectiva se ve comprometida de alguna manera “.
“Es importante señalar que la inteligencia se ve influida por muchos factores genéticos y ambientales El gen que se identificó sólo explica una pequeña proporción de las diferencias en la capacidad intelectual, por lo que de ninguna manera es el ” gen de la inteligencia” “.
Los investigadores analizaron más de 54.000 variantes genéticas posiblemente involucradas en el desarrollo del cerebro. Encontraron que, en promedio, los adolescentes que llevan una variante genética particular tenían una corteza más delgada en el hemisferio cerebral izquierdo, sobre todo en los lóbulos frontales y temporales, y mostraron peores resultados en las pruebas de capacidad intelectual. La variación genética afecta a la expresión del gen NPTN, que codifica una proteína que actúa en las sinapsis neuronales y por lo tanto afecta a cómo las células cerebrales se comunican.
Para confirmar sus hallazgos, los investigadores estudiaron el gen NPTN en células de ratón y en el cerebro humano. Los investigadores descubrieron que el gen NPTN tenía una actividad diferente en los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro, lo que puede provocar que el hemisferio izquierdo sea más sensible a los efectos de las mutaciones de NPTN. Sus hallazgos sugieren que algunas diferencias en las capacidades intelectuales pueden ser consecuencia de la disminución de la función del gen NPTN en determinadas regiones del hemisferio izquierdo del cerebro.
La variación genética identificada en este estudio sólo representa una estimación del 0,5% de la variación total de la inteligencia. Sin embargo, los hallazgos pueden tener implicaciones importantes para la comprensión de los mecanismos biológicos que subyacen a varios trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia o el autismo, donde la capacidad cognitiva es una característica clave de la enfermedad.[2]
La marihuana reduce el CI
Un estudio demostró que los adolescentes que fuman marihuana con regularidad pueden ver reducido a largo plazo de su coeficiente intelectual. Los investigadores no encontraron la misma tendencia en las personas que se convirtieron en consumidores frecuentes a partir de los 18 años. Esto implicaría que la marihuana es especialmente dañina para el cerebro en desarrollo.
Los adolescentes que frecuentemente consumen marihuana pueden presentar una disminución en su inteligencia y función mental hasta la edad adulta, según una nueva investigación.
El estudio, realizado en Nueva Zelanda, precisa que los consumidores frecuentes de marihuana muestran una disminución en su memoria, concentración y capacidad mental en comparación con el resto de las personas, pero estos problemas son más pronunciados en aquellos que iniciaron el consumo desde adolescentes.
Los investigadores encontraron que las personas que consumieron marihuana desde los 13 años, al menos cuatro días a la semana, perdieron un promedio de ocho puntos de Coeficiente Intelectual (IQ, por sus siglas en inglés) al llegar a los 38 años.
“Los adolescentes están iniciando el consumo de cannabis cada vez más jóvenes y un número mayor de ellos están usándola de forma diaria”, expusieron los científicos en el estudio.
Un descenso de 8 puntos en el IQ es significativo. Investigaciones previas señalan que una pérdida de esa magnitud podría afectar los planes de estudios de una persona, su desempeño profesional e ingreso.
Esa disminución no se presentó en las personas que comenzaron a fumar marihuana a una edad adulta. "Antes de los 18 años, el cerebro todavía sigue organizándose y remodelándose para ser más eficiente, por lo que pueden ser más graves los daños por las drogas", dijo Madeleine Meier, una de las psicólogas que dirigió el estudio.
Es razonable sospechar que el cerebro de los adolescentes que aún se encuentra en crecimiento es sensible a los efectos acumulativos de la marihuana, señaló el doctor Jeffrey Brosco, profesor de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami.
“En el cerebro que se está desarrollando, las neuronas están creciendo y cambiando, las sinapsis (conexiones neuronales) se están formando”, comentó Brosco, quien no estuvo involucrado en el estudio.
Los investigadores realizaron el estudio a 1.037 personas que comenzaron a consumir la droga en la adolescencia. A los pacientes les hicieron entrevistas a los 18, 21, 26, 32 y 38 años, así como pruebas de Coeficiente Intelectual. La investigación estuvo dirigida por los psicólogos Madeline H. Meier, Terrie Moffitt, Avshalom Caspi, entre otros.
“Dejar de consumir cannabis no restauró por completo el funcionamiento neurológico entre las personas que consumieron la droga de forma regular desde la adolescencia. Los resultados sugieren que existe un efecto neurotóxico en el cerebro de los adolescentes y resaltan la importancia de la prevención y de implementar políticas de prevención dirigidas a los jóvenes”, señalan los científicos en el estudio.
Lo que no es posible conocer a través de esta investigación, publicada en el portal de internet de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, es cuál es la edad más “segura” para el consumo constante de la marihuana.
Meier y sus colegas tampoco agotaron las explicaciones sobre la disminución del Coeficiente Intelectual en los pacientes del estudio. Por ejemplo, se enfocaron en el consumo constante de marihuana y podrían haber subestimado los efectos del consumo de bebidas alcohólicas en los adolescentes. “El alcohol es reconocido como una neurotoxina”, dijo Brosco.
Solo 5% de los participantes en el estudio empezaron a fumar marihuana regularmente después de los 18 años, y no es claro en los resultados si en usuarios menos frecuentes se puede experimentar consecuencias similares. Se necesitarán más estudios para determinar la dosis mínima de marihuana asociada con estos problemas, admitieron los autores.[3]
Un bajo salario afecta más que la marihuana
El científico Ole Rogerberg, del Centro Ragnar Frisch de Investigación Económica de Noruega, hizo público en enero de este año los resultados de una investigación sobre la influencia dañina de la marihuana en el cerebro y en el coeficiente intelectual. El investigador concluyó que los bajos salarios, la falta de educación o el desempleo pueden ser factores más dañinos para las células cerebrales que el consumo a largo plazo de cannabis.
Evalúan el IQ en un minuto
El coeficiente intelectual de una persona y el nivel general de su capacidad intelectual puede definirse por uno o dos minutos de una prueba visual simple que determina la capacidad de una persona para “filtrar” información, según un grupo de investigadores de la Universidad de Rochester. Los científicos afirman que las personas más inteligentes son más lentas a la hora de determinar en qué dirección se mueven objetos grandes, y se muestran mucho más hábiles cuando se trata de percibir objetos pequeños.
La cesárea repercute en el IQ
Los niños nacidos por parto natural pueden tener un mayor coeficiente intelectual en comparación con los bebés que nacen por cesárea, según científicos de la Universidad de Yale. Ello se explicaría por una proteína específica del cerebro que ayuda a aumentar el IQ y cuyo nivel es mayor en los niños que pasan por el canal del parto.
La gente linda también tienen cerebro
Un grupo de científicos británicos asegura que son falsos los estereotipos populares que pintan a los hombres y mujeres guapos con un menor coeficiente intelectual. Según un grupo de investigadores de la Escuela de Economía de Londres, en términos generales los hombres y las mujeres con aspecto más atractivo se desenvuelven mejor en la escuela y, finalmente, logran un gran éxito en la vida.
¿La inteligencia es cosa de la edad?
A finales de 2011 expertos del centro de neuroimágenes de la Universidad de Londres llegaron a la conclusión de que el desarrollo cerebral se prolonga durante toda la vida. Los investigadores aseguraron que el nivel de inteligencia puede ser mejorado significativamente, y que para ello —afirman— sólo hace falta entrenar constantemente el cerebro.
En la cumbre del desarrollo intelectual
Hace dos años un grupo de científicos británicos concluyó que el hombre ha llegado hasta la cumbre de su desarrollo intelectual. Los expertos estudiaron la estructura del cerebro humano y calcularon la cantidad de energía que consumen sus células. Según estos ensayos, la potencia del cerebro de la humanidad tocó techo, ya que es físicamente imposible que lleguemos a ser más inteligentes.
La sal yodada eleva coeficiente intelectual
La deficiencia de yodo provoca varios problemas de desarrollo en el cerebro, incluyendo demencia y retrasos severos, y es especialmente importante durante la gestación. No fue hasta 1924 que se notó su relevancia al introducir la sal yodada (sal de mesa con agregados de yodo o yoduro de sodio) en algunos estados de USA. El resultado en esas zonas fue un aumento de 15 puntos de IQ en 10 años. Lo normal es que aumente 3 puntos por década (esto se conoce como “Efecto Flynn”).
Dependiendo del país en donde vivas, la sal tiene mayor o menor cantidad de sodio, y también el agua y los alimentos, por lo que a veces no es necesario enriquecer la sal de mesa y otras veces es indispensable (por ejemplo, es un problema grave en Australia, que tiene el IQ más bajo del mundo).
Si se sufre de deficiencia de yodo durante períodos de cerca de 5 años, los daños en la glándula tiroides suelen ser irreparables y se pueden transmitir a los hijos en forma de retraso mental.[4]
Fuentes y Enlaces de Interés
- What Are the Different Types of IQ Tests?/Cons.27nov 2014
- Test de coeficiente intelectual en linea/Cons.27nov 2014/142
- ↑ What Is IQ (Intelligence Quotient)?
- ↑ sciencedaily/Scientists identify gene linking brain structure to intelligence
- ↑ Study: Adolescent marijuana use leaves lasting mental deficits
- ↑ THE COGNITIVE EFFECTS OF MICRONUTRIENT DEFICIENCY: EVIDENCE FROM SALT IODIZATION IN THE UNITED STATES James Feyrer Dimitra Politi David N. Weil/pdf/Cons 19jun 2015