Ciriaco Contreras
Ciriaco Contreras | Bienvenido a Biografías |
Bandido y luego policía Chileno
Ciriaco Contreras, (☆ Hacienda de Huaquén[1], Talca - † Santiago, Estación Central) 1891). Bandido y luego policía Chileno. En la Hacienda de Huaquen, lo recordaban como un mozo ordenado y juicioso, que ayudaba a su padre en las tareas agrícolas hasta el año 1847.
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1857
Después de casarse en Talca, Ciriaco Contreras paso a San Fernando poniendo un negocio carnicero. Fue en este momento cuando se encontró metido en un proceso de cuatrerismo y condenado a cinco años de reclusión , bajo la acusación de encubridor.[2]
Al recobrar su libertad, se encontró rechazado, se estableció en Rancagua y mas tarde en Chillán , pero en una reyerta entre un grupo de jinetes borrachos terminó dando muerte a uno de ellos por lo que se vio obligado a huir.
A partir de este suceso fue perseguido e intento establecerse en San Javier en un negocio de carretas fletadoras para el comercio minorista entre Talca y Parral , pero fue descubierto, por lo que renuncio al trabajo organizado, dedicándose a pequeñas transacciones de ganado, que le puso en contacto con otros forajidos, convirtiéndose mas tarde en jefe de una banda dedicada al cuatrerismo, al robo y al pillaje, asaltando caravanas de comerciantes y librando batallas con los policías rurales.
1860-1878
Entre estos años, empieza a crearse el mito de Ciriaco de Contreras que desarrolló un complejo sistema de préstamos forzosos a los hacendados, bajo amenaza de salteo a la casa patronal.
Sin embargo, tal vez el personaje más peculiar que frecuentaba ese viejo Marchigüe, fue el famoso bandido del siglo XIX, Ciriaco Contreras, feroz cuatrero de fino y generoso trato. Fue amigo personal de don Javier Ovalle Errázuriz y del su ya mencionado hijo Guillermo Ovalle Vicuña, quienes le facilitaban sus pastizales de Marchigüe para descansar sus cabalgaduras maltrechas tras sus correrías en Argentina. La mencionada amistad habría nacido tras un asalto a los Ovalle cerca de Teno. El trato que tuvo con ellos y su familia, en especial con las pequeños hijos e hijas del último, fue tan caballeroso y amable que terminaron trabando cierta amistad que perduró hasta que, ya rehabilitado por el presidente José Manuel Balmaceda, un trágico accidente de trenes segó su vida.
Aun se conserva en Marchigüe su famosa carabina "mocha", que legó a Guillermo Ovalle en señal de reconocimiento.
1863
Durante el Incendio de la Iglesia de la Compañia de Santiago Ciriaco se encontraba en las cercanías del siniestro y no dudo ni un minuto en ayudar a las victimas, tratando de socorrer las que más pudo.
"Historias de Bandidos", de Rafael Maluenda.
La obra que mejor refleja esta parte de la realidad social es "Historias de Bandidos", de Rafael Maluenda. Las narraciones más interesantes se refieren a un personaje auténtico, el famoso bandido Ciriaco Contreras. El autor ha recogido las anécdotas de los labios del propio hijo del bandido. Son cinco relatos que están enhebrados por la relación entre un médico de Talca y Ciriaco Contreras. En retribución por haberlo curado de una enfermedad, Ciriaco colaboró con el médico, que era liberal, en una elección con el fin de desmontar el fraude de los conservadores.
Maluenda narra parte de la vida de Ciriaco: "Nadie en Talca ignoraba lo que había sido la vida de Ciriaco Contreras durante estos últimos cinco años, en que, perseguido por la policía, se hizo una reputación de románticos prestigios entre asaltos sangrientos y hábiles correrías de cuatrero. Todavía en la hacienda de Huaquén, donde naciera, había inquilinos que lo recordaban mozo ordenado y juicioso, acompañando a su padre en las labores agrícolas. Cuando se casó en Talca, Ciriaco Contreras realizó sus haberes para establecerse en San Fernando con un negocio carnicero.
“Fue entonces cuando, envuelto en un proceso de cuatrerismo, lo condenaron a cinco años de cárcel por encubridor (...). Al recobrar la libertad, se encontró rechazado de todas partes y, entonces, deseoso de otros ambientes, comenzó su peregrinaje de trabajo hasta establecerse en Rancagua, donde tuvo créditos y apoyo de los hacendados Correa Toro (...). Después se fue a Chillán con ánimo de establecerse definitivamente. Y allí la fatalidad le salió al encuentro en un día de carreras, durante la reyerta que una topeadura provocara entre un grupo de jinetes borrachos".
Al dar muerte a su contendor, Ciriaco tuvo que huir: "Fueron meses de persecución y huidas, realizadas en medio de corridas azarosas y arriesgadas. Creyó un tiempo después que podía pasar inadvertido en un pueblo alejado y se estableció en San Javier con un negocio de carretas fletadoras, para el comercio minorista de los pueblecitos entre Talca y Parral. Pero, descubierta su pista, renunció al trabajo organizado, dedicándose a pequeñas transacciones realizadas por terceras manos entre los comerciantes de ganado de la región. La existencia aventurera le puso en contacto con otros forajidos. Su bravura lo erigió, naturalmente, en jefe de aquella banda dedicada al cuatrerismo, y que en los campos de Talca, Maule y Linares. La formalización de las persecuciones policiales, por causa de salteos que habían producidos muertes en algunos fundos de Curepto, Lircay, Claro, Pelarco, puso a prueba la audacia de la banda de Ciriaco Contreras. Se corrieron entonces hacia Curicó, Molina, Los Cerrillos de Teno y Mataquito, dedicándose a asaltar las caravanas de comerciantes y librando verdaderas batallas con los policías rurales"
A nuestro modo de entender, el bandidaje expresó en última instancia un fenómeno de protesta social contra la autoridad y la llamada justicia. Los bandidos descargaban su ancestral rebeldía contra los dueños de fundos, los mayordomos de campos y los policías. Castigaban a los patronos y capataces que abusaban con los peones e inquilinos. A veces, repartían entre los pobres del campo el ganado robado a los ricos. En los asaltos a los fundos, a menudo se llevaban las cuentas y los vales que adeudaban los peones. Esto explica la popularidad de la que gozaban algunos bandidos entre los sectores más explotados del campo y de las aldeas rurales, fenómeno social que pude apreciar en 1963-64 a través de relatos de testigos de época cuando estuve en calidad de preso político relegado durante un año y medio en el pueblecito de Curepto, cerca de Talca. Esas historias orales todavía transmitían con entusiasmo las aventuras de Ciriaco Contreras, una especie de Robin Hood."
1879
El General Manuel Baquedano, quien fue uno de los comandantes de la Guerra del Pacífico, era un gran amigo de los Ovalle Iñiguez y pasaba junto a su esposa, largas temporadas en Los Maitenes. A su vuelta de la guerra les obsequió una yegua de paso denominada "Atacalpa", que a su vez le fue obsequiada por el Sr. Torre-Tagle, entonces dueño de la Hacienda Lurín cerca de Chorrillos, antes de la captura de Lima. En esa hacienda el ejército chileno acampó y preparó la fase final de la campaña. De la yegua sólo se sabe que tuvo una prolífera descendencia de potros chilenos, que se caracterizó por el famoso paso de 4 tiempos del que se ufanaban sus dueños, asegurando que no se derramaba una copa de vino puesta sobre su montura.
1891
Su fama de bandido caballeroso y amigo de los campesinos pobres fue creciendo con el tiempo, amparada en el hecho de que siempre respetó a estos últimos, llegando en ocasiones a ayudarlos económicamente. Su influencia llegó a tal grado que, tras prestar servicios a varios políticos locales, entró a la Policía de Santiago como director de la Sección de Seguridad, de la que tuvo que salir tras la guerra civil de 1891 en la que apoyo al Presidente José Manuel Balmaceda[3]
† su muerte en 1891
Ciriaco Contreras, nuevamente después de la Guerra del pacífico, había retomado sus funciones como Policía, un día de guardia en la Estación Central, comenzó a perseguir a un ladrón que había pillado in fraganti cometiendo un robo, pero con tal mala suerte que fue arrollado por una locomotora de ferrocarriles, muriendo en el acto.
Pizarra
- Benjamín Vicuña Mackenna nos relata en su libro "La Policía de Seguridad en las grandes ciudades modernas", en la página 26, que al ingresar un nuevo intendente a Santiago, una de las primeras cosas que realizo fue echar del cuerpo de policía a Ciriaco Contreras y a su ayudante y amigo Matus, antiguo soldado de los Cazadores a Caballo, que había cambiado el sable por el puñal[4].
Fuentes y Enlaces de Interés
- ↑ diarioelheraldo/Ciriaco Contreras famoso bandolero del Siglo XIX
- ↑ Losantepasados-leyendas/blog/Ciriaco Contreras/jun 2006/
- ↑ memoriachilena.cl/Ciriaco Contreras
- ↑ Memoria Chilena/La policía de seguridad en las grandes ciudades modernas : Londres, Paris, Nueva York, Santiago :i la estadística criminal de Santiago durante los años de 1873 i 1874
- memoriachilena.cl/El Bandolero Chileno/ Autor: Maximiliano A. Salinas/PDF
- mitosyleyendasdeteno/blog/2013/12/ciriaco-contreras-el-bandido-bueno
- Libro: El último Clarín, Autor:José Agustín Linares/Editorial Andrés Bello, pag. 268